Mi abuela me contaba que cuando ella era niña se quedaba sola en casa jun to con su hermanito.
Los vecinos mas cercanos estaban como a 300 metros de distancia.
Y cuando sus padres salìan a trabajar al campo o algo, iban duendes a jugar con ellos.
A la hora que regresaban sus papàs encontraban muñequitos de paja, se les hacìa raro, pero ellos no decìan nada.
Asì pasò eso por mucho tiempo, y mi abuelita me platicò, que su papà se diò cuenta que eran duendes.
Un dìa les puso una trampa, les puso espejos y esperò,
Êsto le diò resultado porque estuvo vigilando y agarrò a uno cuando se veìa al espejo.
El señor (mi bisabuelo) le puso una cueriza al duende y lo aventò lejos para que no volviera.
A los pocos dìas los duendes comenzaron a hacerles la vida imposible a èl y a su familia.
Un dìa de plano les quemaron la choza en la que vivìan y no les quedo otro remedio que irse de ahì.
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