Corría el año de 1975 octubre 26, clausura de los juegos Panamericanos en México, dos días antes salí para Puerto Vallarta a una función de lucha libre, el 24 de octubre, ya que me habían dado otras fechas en arenas cercanas al lugar donde iba, ya en otras publicaciones les había comentado que yo me dedicaba a la lucha libre profesional.
Yo tenia que luchar el 26 en Vallarta, al llegar a Tequila me comuniquè a México, porque había dejado a mi Madre muy enferma, pero como hacía falta el dinero en casa salí a estas funciones, pregunte por su salud y me dijeron que esta estable.
Luchè en Tequila, de este lugar me dirigí a La Barca, lugar en donde se llevò a cabo una función de feria.
Al terminar de luchar me bañè y me fuì al hotel en donde me hospedaría hasta el siguiente día en que me tendría que dirigir a Vallarta.
Lleguè a la terminal de autobuses, y tomè mi camión, lleguè a Vallarta y me dirigí a la arena de lucha libre, me quedè dormido por un buen rato, entre sueños escuchè gruñidos y ladridos de un perro.
Me desperté muy asustado por lo que estaba escuchando, al despertar vi a un perro negro que me veía fijamente con unos ojos como si lanzara fuego, estaba babeando una substancia muy espesa y verdosa, me dio mucho miedo y me puse a orar.
El perro se fue desvaneciendo pero dejo un olor muy fétido dentro de los vestidores, al ir llegando los compañero les preguntè que si habían visto a un perro negro y con los ojos llameando y el hocico babeando, me dijeron que no.
Ya no le di importancia a este hecho y me empecè a vestir para subir a luchar, en esos instantes escuchè la voz de mi madre que me decía: "CUÍDATE MUCHO HIJO PORQUE TE QUEDAS SOLO".
Subí a luchar como si nada y al bajar del cuadrilátero me estaba esperando el promotor con telegrama en la mano en donde me avisaban que a las 8:43 de la noche mi madre había dejado de existir.
Me bañe rápidamente y al salir a la oficina del promotor me encontré nuevamente con el perro el cual no me dejaba pasar, volví a orar nuevamente y el perro se fue desvaneciendo otra vez.
El promotor me consiguió un boleto para salir en avión de Vallarta a la Ciudad de México, lleguè como a las tres de la mañana al aeropuerto y me lo encontré lleno de personas que dejaban el país por el termino de los juegos panamericanos.
Como pude salí para tomar un taxi que me llevara a mi casa para ver a mi madre, al llegar me saliò al paso un perro negro como el de Vallarta y no me dejaba pasar, escuchè la voz de mamá orando para correr al perro, pensé que me habían jugado una broma al enviar el telegrama con la noticia de que ella había fallecido horas antes.
Vi a varias personas reunidas fuera de mi casa y me tomaron de los hombros para darme la noticia de que mi madre si había muerto, la encontré adentro de un ataúd sonriendo como si estuviera viva.
Aùn no me explico que fue del perro negro y que tuvo que ver con el deceso de mi madre ya que al llevarla al panteón, nuevamente escuche su voz que me pedía que me cuidara.
El día de hoy 27 de Octubre mi madre cumple 40 años de haber partido, y me diò mucho gusto el que el día de ayer 26 de Octubre, una bella dama y compañera, haya retomado este relato, en la radio de internet, Mamá, lo que hizo Alma Muñoz anoche sirva como un homenaje a tu memoria.
JUANA RIZO VIVANCO, en gloria de Dios estès.
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