Trabajo Negro. Tayde Flores Lopez

De un momento a otro, mi pareja sentimental empezò a cambiar como quien le da la vuelta a una moneda.

De vivir juntos más de 15 años en santa paz, claro como todas las parejas hay problemas cotidianos sin llegar a los extremos, hasta que aparecio "ella".

Empezò a no venir a desayunar, no lo tomè a mal hasta que un día me dijo ya no quiero tener nada contigo de relaciones.

Eso me extrañò, ya no dejaba ni que le diera un beso de aprecio y amor normal como en toda pareja cuando se despide para ir al trabajo o a algùn lado, cuando se levanta o se acuesta.

Despuès su caracter se torno agresivo sin llegar a golpes por que nunca los hubo.

El seguìa cambiando, la gente me decìa que lo miraban con esa mujer casi en todas partes.

Dormìa solo dos o tres horas, tarde se le hacia para ir por ella a su trabajo y llegaba hasta las dos de la mañana.

Empezaron las discusiones, yo le decìa que què le pasaba, le decìa lo de esa señora y el negaba todo.

Me empece a sentir mal de mi columna, ya casi no me podìa mover.

En una ocasiòn le pedi una explicacion del por que me gritaba y me dijo que queria su libertad, que ya no me queria, que queria irse.

Para mi fue un detonante para la deprecion y aparte ya casi no podia moverme.

Como pude ese dia hablè con èl y el accediò a que le diera una limpia con un huevo.

Me encomendè a la santisima trinidad y lo barrì, deje el vaso en una recargadera de un sillon y a la hora me espantò lo que miraba.

Como flotando, mirè el cràneo de una calavera, despuès supe que lo habian ofrecido a la muerte para que me dejara y yo muriera.

Despuès de esa barrida el sintiò un alivio pero para mi mala suerte el seguia viendola.

El sentia las ganas de verla puès ella seguia insistiendole en darle un agua " preparada ".

Entonces para esos momentos fui a que me barrieran a mi y me dijeron la quieren bien muerta para que el se vaya con ella.

Cuando llegò èl a la casa lo barri de nueva cuenta con un huevo, compre una veladora especial para esos casos.

Ya para entonces el dolor de mi cuerpo era insoportable, ni siquiera podìa ir al baño, como pude fuimos a comprar la vela a un mercado.

Estando con la señora de las velas casi no me podia sostener en pie, le dije que es lo que queria y dijo la voy a preparar no se que hizo tras el puesto que cuando me entregò la vela empecè a sentir fuerzas otra vez en mis piernas, por lo menos para caminar de regreso a casa.

Al prender la vela se movìa el fuego del pavilo, luego se empezò a cortar hasta quedar chico pero se empezò a formar en la llama una especie de arcangel, asi duro la vela hasta que se terminó.

Necesito otras dos más, despuès de casi un año apenas tengo lapsos de fuerzas.

De repente recaigo, la mujer aparentemente saliò de nuestras vidas, pero no de la vista ya que la han mirado muy cerca de donde me encuentro.

Ùltimamente he querido mandar por las otras velas ya que tengo mis recaidas, la persona a quien mando nunca encuentra el puesto abierto, me dio su número de cel y no me contesta ni los wats.

Han puesto obtaculos para la compra de esas dos veladoras que hacen falta para terminar con este calvario.

Historia 28.