Guerrero.. año de 1976..
Papà y mamà nos llevaron a mi hermano y a mi, a la tierra de mi madre, hicimos una escala en un pueblo para pasar la noche.
Normalmente en los pueblos el movimiento termina al caer la noche, la gente se recoje en sus casas y esperan el sol para comenzar otro dia.
Recuerdo que nos hospedamos en un lugar de una sola habitacion, hacia mucho calor y el baño practicamente estaba junto con la cama.
Papà dijo que irian a buscar algo para cenar, tal vez tamales, que nos quedaramos quietos y no tocaramos nada.
Cuando nos quedamos solos, apretamos todos los botones que pudimos, uno era de un radio que no sintonizaba nada, otro era una helice que estaba en el techo y servia para calmar aquel calor insoportable.
Todo transcurria en calma, cuando mi hermano abriò la cortina para asomarse si ya venian mis papas, me dijo -mira... alli abajo hay una mujer que esta mirando para aca-.
Estabamos en un segundo piso, me asomè y vi a la mujer que no quitaba la vista de donde estabamos.
Una ola de frio cubrio el cuarto y mi hermano y yo comenzamos a llorar.
Ella se llevò la mano a la boca en un gesto de silencio, mientras la veiamos acercarse sin explicarnoslo.
Cerramos las cortinas nos metimos bajo la cama y lloramos de la impresiòn.
Papa y mama llegaron, les contamos pero lo unico que acertaron a hacer fue regañarnos por el desorden que estaba en la ropa, desorden que no habiamos hecho nosotros ...
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